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sábado, 7 de septiembre de 2013

beso



Los ángeles caídos estarán felices: uno más sin alas, mutilado, humillado, sin divinidad; invadido de tristeza y con color amarillento, cuando debería inundar su esplendor.


¿De dónde salió? grisáceo lleno de dolor, abatido y casi sin fuerzas, apenas camina, no habla con nadie, arrastra los pies con la cabeza baja. Sin ánimo. Sin luz.


Nadie se acerca, solo disfrutan maliciosos.


Pero en su pálida cara aún hay un brillo desgastado, en su mejilla derecha la huella del último beso, un remedo de esperanza mal dibujado.


Espera muchas cosas, mientras arrastra los pies, con la cabeza baja...

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